sábado, 27 de enero de 2018

Tan solo disfrutar

Podemos enredarnos, preguntar y cuestionarnos. Criticar, resolver, observar, pensar, querer y planear.
¿Cuál es la acción correcta? ¿Cuál es el camino adecuado? ¿Qué puedo hacer yo para ayudar al mundo?
Sentirse pequeño, tener ambiciones, vivir en la cabeza, saberse culpable o buscar responsables.
Que si lo que hacemos no importa, que si no es suficiente, que no hay tiempo que alcance ni intenciones que cuenten.
Vienen oleadas de pesimismo y bocanadas de optimismo. Días grises con lluvia y resquicios de sol.
Hay clases que disfruto y se hacen hueco en la memoria profunda, hay otras que pasan como nubes, como un mero trámite.
Uno se gira hacia el ayer, y a veces entra nostalgia. Se idealiza lo que fue y se predice lo que será.
Pero estamos aquí y este momento es un regalo.
Hoy ganamos un partido de básquet. Unas personas de azul metieron más balones en una canasta que otras personas de verde. El deporte podría reducirse a eso.
Pero hubo puños en alto, abrazos fuertes, tensiones disipadas y respiraciones con aroma a tiempos nuevos.
Y es que ganar importa. Hoy no voy a pretender que la competencia no tiene relevancia. Aunque creo que, al menos yo, no competía contra los tipos de verde.
Hoy se jugaba a disfrutar y ver qué pasaba, y lo que pasó fue que nos salió el partido de la temporada.
Y la victoria aparece en un momento en el que yo me preguntaba qué carajo hago jugando en este equipo. Esta semana y todo el año, me he cuestionado por qué quería volver a estar en un equipo.
Entrenar a las 10 de la noche, después de cenar. No tener confianza en mí mismo, fallar triples, perderme jugadas y sentirme un tanto desconectado de los compañeros.
Pero creo que todos nos sentíamos de manera similar, algo desconectados, algo perdidos y sin demasiada motivación.
La vida, sin embargo, es mágica. Y hoy se nos brindó la oportunidad de celebrar, y de darnos cuenta de lo que nos llevó a este momento: Tan solo relajarnos, sin nada que perder, darlo todo, disfrutar y ver qué pasaba.
Si no disfrutamos el camino, esta vida no tiene mucho sentido.
Y quizás, el disfrutar llega solo cuando te relajas, no tienes nada que perder y lo das todo.
No hay nada que perder. Hoy necesitaba recordarme eso.
¡Puff! Qué ligereza.
Hoy he disfrutado. Pero no solo en el partido. También comí frejoles, desayuné yogurt con fruta, vi hongos morados creciendo en la tierra. Escuché pájaros cantar mientras me mecía en un columpio, dormí una siesta cubierto con una manta calentita.
Hoy redescubrí la belleza de la sencillez y de la falta de expectativas.
Puede que la victoria de hoy apenas tenga repercusiones en las estadísticas de la liga, pero sí que hace mella en mi corazón. Porque la liga en realidad no importa.
Nos inventamos trofeos, premios y títulos para incentivarnos. Nos trazamos metas y nos contamos que la motivación surge al perseguirlas.
Pero creo que la motivación más pura es la que no busca objetivos ni razones. La motivación en su esencia es disfrute y celebración por el simple hecho de estar aquí, vivos y respirando. Y en agradecimiento entregarse con todo cuanto somos al fluir de la vida.

Compartir lo que somos con el resto de criaturas vivientes y disfrutar.




1 comentario:

  1. Hoy descubrí la belleza de la sencillez y de la falta de expectativas,,,Gracias¡¡¡ SI. creo que la motivación más pura es la que no busca objetivos ni razones. La motivación en su esencia es disfrute y celebración por el simple hecho de estar aquí, vivos y respirando. Y en agradecimiento entregarse con todo cuanto somos al fluir de la vida. SI CLAVE¡¡ GRACIAS POR EL EJEMPLO Ser FELIZ Totalmente¡

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