sábado, 27 de mayo de 2017

Caracoles


Hay caracoles, pequeños y babosos, de antenas pegajosas y mentes curiosas, seres nobles y educados, que se juegan el pellejo para llegar al otro lado.
Tengo miedo de repetirme, de decirme lo mismo y olvidarme de lo aprendido. Tengo miedo a que me lean y a que no me lean. Tengo miedo a perderme el presente por preocuparme del futuro, y tengo miedo de que el futuro me robe el presente. Tengo miedo al mundo y a sus reglas. Tengo miedo a los permisos de residencia y las Visas. Tengo miedo al dinero, a no tenerlo y a poseerlo, a convertirme en su esclavo y a darle más importancia de la que tiene. Tengo miedo al dolor y a desaparecer, tengo miedo a que mi voz no se oiga y que mis pasos no dejen huella. Tengo miedo de ser arrogante y también tengo miedo de no confiar en mí mismo. Tengo miedo a estar solo y a perderme en la muchedumbre. Tengo miedo a admitir que tengo miedo. Tengo miedo a no hacer lo que siento, a no seguir lo que me late por dentro. Tengo miedo a que mis miedos sean más grandes que mis sueños.
Tengo miedo, y quisiera no tenerlo. Quiero mostrarme seguro y firme, con confianza en la mirada y claridad en mis pasos.
Pero bueno, a pesar de todo, estoy aquí, y tengo algo que decirme:
Recuerda la lluvia, recuerda los charcos que forma y la melodía que crean sus gotas. Recuerda tu risa, esa aguda y explosiva, que sale sola, sin motivo aparente. Recuerda la felicidad de correr con los brazos extendidos, y los pies deslizándose tan rápido como pueden. Recuerda las miradas con las que te has cruzado, recuerda la vida que las inundaba. Recuerda las finales de los Spurs en 2014. Recuerda esa madrugada en la que llorabas a las 6 de la mañana por ese equipo de Básquet. Recuerda a los chicos del Alto y a tus hermanos. Recuerda a tu mamá y a tu papá, la casa de Mamá Agarita. Los consejos de la Ushi. Crecer con el Rafo, tu arrogancia de niño. La competitividad extrema con Daniel. Mario Vazquez.
No hacemos esto para publicar en ningún sitio. No haces esto para ser reconocido ni por dar una imagen. Haces esto por los caracoles del mundo, por esos caracolitos a punto de ser hervidos en el mercado. Haces esto por los Forest Gump del mundo. Porque el verdadero amor no juzga, el amor no entiende de buenos o malos, el amor se entrega, sin preocuparse, sin poner condiciones.
Recuerda a Colleen y sus piernas peluditas, su mirada destellante, sus constelaciones de estrellas. La Yahita y sus patitas de pájara, Panchito y su pelo rizado, Berni y sus ojos oscuros. Su mamá y su cara redondita, su papá y sus chistes, Mateichu y sus actitudes. Richard y su mente científica. Mis profesores, todos ellos. Los mendigos con los que compartí monedas y momentos. Las personas que me han sonreído, el burrito que se me acercó en el prado. Los caballos, las rosas, los ríos, los árboles. La familia de sangre  y la familia de especie, la familia de vida, y la familia de objetos inertes, pero vivos, porque todo vive, incluso lo muerto. Hay vida en el cementerio, en las casas y los ladrillos de edificios. Hay vida en los mosquitos que pican y en los mosquitos que mueren.
Guille y sus palabras reflexivas. Peg y sus explicaciones, Frank y sus monosílabos. Upper ARLLINGTONg. Bolivia. España, Perú, Chile, Dinarmarca. Todo es lo mismo, todo es uno.
Corre, Salta vuela, daan igual os errores ortorgradficos. SE CIERRAN LOS DEDOS, SE AGRANDA EL CORAZO´N , SE CREAN PORTALES, ENTRE LA TIERRA Y EL SOL. Somos Bestias pardas!
Somos Ginóbili, somos melenas al viento y calvas cabezas. Somos pies sucios y zapatos lujosos, somos Harvard y Yale, somos analfabetos sin nada más que piel. SOMOS GRANDES Y pequeños, somos el griito que nace del silencio, somos nada y somos todo.
Somos el lago de Ohio, su aguas claras y somos FRED, SU ACENTO ININTELIGIBLE, EL UNIVERSO ENTERO Y UN PUNTO DIMINUTO escrito en papel.
Esto es por ti, por mi y por todos, porque todo es igual. No hay prisa. Hay un moco colgando de mi nariz que me hace reír. Recuerda todo. Pero no recuerdes nada. No hay nada que recordar, porque todo está aquí.
Vive. Tan solo vive Arielito. Vive porque esta vida vale la pena, en cada momento, en cada comida, cada instante es un regalo tan tan grande, tan tan precioso. Cuida este instante, dale mimos, abrazos y besos.



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