Actuar sin ningún motivo. Comer por el simple placer de
hacerlo, y que no cueste esfuerzo saber lo que tienes que meterte a la boca.
¿Te imaginas un mundo sin maquillaje? Un mundo en el que todos enseñaran
sonrientes sus arrugas, un mundo sin nudos de corbata, sin ataduras en la
garganta, un mundo donde no existieran trajes con hombreras, donde la ropa no
tuviera marca. Imagina un mundo donde dar la mano a los demás fuera lo
cotidiano, donde las miradas no fueran esquivas y el ritmo del andar no
dependiera de las agujas del reloj. Imagina un mundo sin tantas profesiones,
donde todos fueran artistas; da igual que escribas, que tejas o cultives, un mundo donde triunfe la comida lenta, donde
la gente se siente en el césped y masque despacito. Imagina un mundo en el que
se celebrasen conciertos de silencio, de ese que nutre el alma y barre la mente
de polvo. Imagina un mundo sin leyes, ni organización alguna, y que eso no
asustase a la gente, porque todos, sin necesidad de seguir ningún reglamento,
saben lo que tienen que hacer y lo hacen con amor. ¿Te imaginas un mundo que de
verdad estuviera movido por el amor? ¡Qué fácil que sería todo! Un mundo en el
que cuando conoces a una persona no te importa conocer su oficio, su edad o su
nacionalidad. Un mundo de abrazos largos y besos jugosos, en el que se regale
sinceridad en vez de rosas. Un mundo en el que no haya navidad, aniversarios ni
semana santa, un mundo que tan solo celebre la vida, a cada momento. Imagina un
mundo en el que no importen los apellidos y los bebés no se registren al nacer.
Un mundo en el que no existan vacaciones, ni días libres; y que el trabajo en sí mismo sea libertad. Imagino
un mundo en el que no hagan falta mascotas, porque nadie necesita animales para
rellenar su soledad; un mundo en el que no se monte a los caballos, tan solo se
los acaricie, si es que éstos nos lo permiten. Imagino un mundo sin hoteles, ya
que siempre habrá gente dispuesta a abrirte las puertas de su casa. Imagino un
mundo en el que la gente juegue al fútbol sin contar los goles y que todos
celebren los tantos de ambos equipos, Un mundo en que las banderas solo sean
trozos de tela y los billetes, cachitos de papel. Un mundo en el que las
sonrisas valgan más que el dinero, o mejor dicho, en el que cualquier cosa
valga más que el dinero, ya que este no vale nada.
Un mundo en el que dé igual decir mío o tuyo, en cualquier
circunstancia. Un mundo en el que la raza o la preferencia sexual no importen a
nadie. Un mundo en el que la prostitución no tenga cabida, porque nadie está a
la venta, a ningún precio. Un mundo en el que no haya adultos, ni viejos, tan
solo niños y niños con canas. Un mundo en el que no se repartan trofeos, ni
medallas, porque nadie los busca y las buenas acciones no se premian, ya que
son el pan de cada día. Un mundo en el que las personas utilicen las pantallas
y no éstas a las personas. Un mundo en el que todo ser vivo sea sagrado, y que
la única religión que se profese sea el amor a la vida, en cualquiera de sus
manifestaciones.
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