lunes, 8 de agosto de 2016

El silencio

No se escucha nada. El silencio respira tranquilo, sin pensamientos que lo perturben, sin palabras que lo enmudezcan.
El mundo entero huye del silencio. La vida consiste en silenciar al silencio. ¿No es paradójico?
Desde que despierto hasta que vuelvo a dormir, tan solo busco algo que me mantenga alejado del silencio. Cualquier cosa vale. Vale la tele. Vale la música, los chistes, las preocupaciones y las ocupaciones, todo vale para acallar al silencio.
Pero el silencio, de algún modo, siempre está ahí. Y todos lo sentimos. Llega un momento en el que no podemos escapar de él y lo sentimos, muy profundo, inundándonos con su muda melodía. ¿Es que acaso canta el silencio?
Antes de escribir esto, estaba buscando música adecuada para la situación, fue entonces cuando surgió esta idea de escribir acerca del silencio. Una idea que surgió del silencio mismo.
Ahora estoy callado y quieto. Soy consciente de mi respiración y de alguna cigarra que canta incansable allá afuera. El pensamiento vuelve y se pregunta qué sentido tiene todo esto. ¿Qué es el pensamiento?
Tal vez una ola, porque ahora ya no está. ¿Es posible escribir sin pensar? ¿De dónde vienen las palabras?
Del silencio. Todo nace del silencio. El ruido surge del silencio. ¿Qué es ese silencio?
Nada. El silencio es la nada.
Una mañana desperté con el sabor de un sueño todavía latiendo en mi pecho. El sueño había sido intenso, vívido, real. Pero a medida que los sentidos externos se agudizaban, el sueño se desvanecía. Pero su esencia retumba con fuerza. Soñé recorrer un sendero rodeado de pastizales, tal vez con algún lago de fondo. Soñé llegar a las puertas de un castillo de piedra y ver allí a mi padre, a mi abuela y tal vez a otras personas. Ellos me ven acercarme y me preguntan: ¿Qué es lo que quieres?
Y la respuesta sale sola, en tan solo una palabra: Nada. No quiero nada.
Entonces despierto y siento paz, una paz vacía y silenciosa.
No quiero nada. ¿Qué significa eso?
La nada da mucho miedo. Por eso queremos ser algo, tener algo, llegar a algún sitio. Pero, después de todo, esta vida es tan solo un latido en el eterno silencio.
¿No será que el silencio es la melodía eterna? ¿No será que el silencio es la propia vida?
La nada es muerte. Al menos eso es lo que creemos. Llamamos muerte al silencio, y por eso nos aterra, porque no lo entendemos. Lo único que vemos es que nosotros no formamos parte de esa nada, de ese silencio.
Y cuando digo nosotros, digo Yo. En el silencio Yo no existo. En el silencio no hay pasado, ni futuro, no hay planes ni objetivos, no hay ambición, orgullo o vergüenza. En el silencio no hay nada. Pero, ¿Será que hay vida en esa nada?
Da miedo fundirte en la nada. Pero vinimos de la nada.
Actuamos como si lo único que existe es lo manifiesto, por eso hay tanto temor a desaparecer.
-¡No eres nada! –se dice como insulto. ¿No es gracioso?
Silencio. Otra vez silencio. En el silencio puedo escuchar, puedo oír el murmullo constante de la nevera y también puedo escucharme a mí mismo. Tan solo cuando hay silencio puedo sentirme, observarme y comprenderme.
El silencio no juzga, no planea ni recuerda. El silencio tan solo escucha, tan solo escucha. ¿Y si tan solo escucháramos?
Siempre he creído que lo importante era hacerte escuchar, que tu voz se oiga, a ser posible que retumbe…. Pero, ¿Y si tan solo escuchamos?
Escuchar es desaparecer, rugir es permanecer. Y hay que permanecer para vivir. ¿O no?
La vida es acción, mientras que el silencio es quietud. ¿Es muerte la quietud?
Pero, más importante aún, ¿Es vida la acción?
Tal vez no haya vida y muerte, sino uno. Quizás tan solo hay uno.
En un libro que me llegó al corazón, leí acerca de un lugar mágico, se trataba de una fuente en la que nacían flores de belleza inconmensurable, flores que brotaban del agua, se abrían, se marchitaban y luego desaparecían, para volver a nacer.
Todos sabemos que desapareceremos, pero no sabemos qué ocurrirá después. Ese es el miedo por excelencia, ese no saber qué ocurrirá si desaparecemos. Por eso luchamos día tras día, para buscar algo que nos haga sentir seguros y nos aleje de la incertidumbre.
¿Es ese el sentido de la vida? ¿Buscar seguridad?
No hago estas preguntas para hallar una respuesta. No quiero encontrarle sentido a la vida. No quiero hacer que mi vida tenga sentido. En realidad, no quiero nada.
De niño, me enseñaron que cuando se te cae una pestaña hay que soplarla y pedir un deseo. Y a lo largo de los años, he soplado muchas muchas pestañas, y he pedido cientos de deseos, pero ahora, cuando tengo una pestaña entre mis manos, tan solo soplo. Es una sensación linda soplar pestañas y no desear nada.
Y si no deseas nada, ¿Por qué vives?
No creo que haga falta un motivo para vivir. La vida en sí misma es el motivo.
Ahora mismo el silencio es cómodo y ligero. Los pensamientos vienen y se van como nubes, y a veces, incluso, dejan el cielo completamente despejado. Y es hermoso. Tampoco quiero librarme del pensamiento. No quiero calmarlo o controlarlo. No quiero nada.
En el silencio me pierdo, me pierdo de tal manera que me encuentro. Y soy el silencio mismo, hablando, ¡Qué chistoso!
El silencio es como una fuente, una fuente vacía de la que emana todo. ¿Y dónde estoy yo?
Estoy aquí, escribiendo, pensando en cómo terminar de escribir. Y ya no hay silencio, porque hay un gran barullo en la cabeza para acabar este texto de manera apropiada. El silencio no vuelve, la paz se esfuma, el pensamiento traquetea, la mente se agota y vuela de aquí para allá. Me juzgo, intento justificarme, buscar una solución, volver al estado de paz, pero no se puede.
Ahora sonrío. El silencio no puede aflorar cuando se le llama a gritos.


1 comentario:

  1. En el silencio me pierdo, me pierdo de tal manera que me encuentro. Y soy el silencio mismo, hablando, ¡Qué chistoso!
    El silencio es como una fuente, una fuente vacía de la que emana todo. ¿Y dónde estoy yo?
    En el silencio Yo no existo. En el silencio no hay pasado, ni futuro, no hay planes ni objetivos, no hay ambición, orgullo o vergüenza. En el silencio no hay nada. Pero, ¿Será que hay vida en esa nada?
    Da miedo fundirte en la nada. Pero vinimos de la nada.,,Belleza¡¡¡¡
    ¡ es lo que SOY.GRACIAS.

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