viernes, 5 de agosto de 2016

Una nueva vuelta al sol

He buscado mucho en esta vida. He deseado ser mejor y he planeado cómo conseguirlo. Me he preocupado. He vivido con miedo y ambición. He intentado poseer a personas y objetos. He mentido, he sido falso y agresivo. He sentido tristeza y nostalgia. He gritado enfurecido, he dado portazos.
También he querido dejar de desear ser mejor y dejar de planear cómo conseguirlo. He intentado dejarme de preocupar. He luchado por vencer mis miedos y no actuar con ambición. He pretendido que no quiero ni poseo nada ni a nadie. He querido dejar de mentir y actuar con falsedad. He intentado controlar la agresividad y dejar de sentirme triste y nostálgico. He ahogado gritos de rabia y he intentado dejar a las puertas en paz.
¡Feliz cumpleaños!
Pienso, pienso, pienso, pienso y pienso. Pienso en lo que es bueno y lo que es malo, pienso en lo que haré y lo que hice, pienso en webadas generalmente. Me juzgo cuando pienso y quiero dejar de pensar y complicarme. Me pongo serio e intento ser estricto con mi mente.
Pienso en la imagen que doy, pienso si es buena o mala. Casi siempre pienso si algo es bueno o malo. Pienso en si tiene sentido lo que escribo y si a alguien le interesa lo que digo. Pienso en que hay que dejar de pensar para ser feliz.
¡Caca pedo pis papa frita con kétchup Heinz!
La vida es seria, es una cosa muy seria y hay que tomársela en serio, hay que vestirse de manera apropiada y hay que poner los puntos sobre las íes. Las palabras agudas acabadas en vocal, “n” o “s”, se acentúan.
Hay reglas de ortografía, reglas sociales y reglas de tráfico. Hay reglas para amar, para trabajar, para andar y para comer.
Hay apología al control. Tienes que controlarte a ti mismo y a los demás.
Badabadadú. Jrocotombawe Jonson. Basquet con chingolosaurios.
Ayer cumplí 25 años y completé una vuelta más alrededor del sol.
Y ahora estoy aquí. Vivo. He respirado durante 25 años, ¿No es increíble?
He comido tantos espaguetis en esta vida… Ayer comí espaguetis y hoy comí las sobras de los espaguetis. ¡Y qué salsa!
Picamos ajitos muy pequeñitos, junto con una hermosa cebolla blanca y una enorme y brillante berenjena. Pusimos todas esas verduras a la sartén y las freímos con comino, pimienta blanca, orégano y un toque de vinagre de vino tinto. El aroma salía en forma de vapor, esparciéndose por toda la cocina, haciendo agua la boca. Por último, cuando las berenjenas ya estaban en su punto, agregamos abundantes tomates frescos, cosechados en las fincas cercanas y los sofreímos tan solo un poco, para todavía poder sentir en la boca algunos trocitos.


Cocinar es algo mágico, como cualquier cosa que se hace con total atención. Es algo sagrado el preparar tus alimentos, agradecerles y sentir cómo pasan a formar parte de tu cuerpo. Es fascinante la nutrición.
Comimos los espaguetis con vistas a un río, pero antes de comer guardamos un momento de silencio para bendecir esa comidita.
Fue un gran cumpleaños el día de ayer. Fue muy especial despertar junto a Colleen y abrazarnos sin ninguna prisa en la cama.
Fue un día tranquilo en el que me sentí muy agradecido. ¡Qué bella es la sencillez!
La vida es algo sagrado, algo profundo, algo que late y que siempre escucha. Pero la vida, solo se la vive cuando hay verdadera sencillez. Y no me refiero a la sencillez que se busca, que se desea y se planea.
La sencillez siempre está. El amor siempre está. Tú siempre estás.
Por eso se dice que lo más importante es ser tú mismo. Aunque en realidad, lo más importante es dejarte ser tú mismo. Y aún se puede decir de manera más sencilla: Dejarte ser.
Y es que no hay un tú mismo, o un yo mismo. Qué manía con crear separación, pero luego todos estamos buscando unión. No hay un yo o un tú, tan solo hay un ser, y para ser, hay que rendirte por completo, dejar de oponer resistencia y dejarte ser. Dejar de ser.
Jajajajajja
Y ya sé que rendirse suena algo muy complicado, pero yo veo más complicado y costoso mantenerse en una lucha constante durante toda la vida.
Creo que este es el momento perfecto para dejar de estar tenso, para relajarse y bailar, o callar, o cruzar las piernas y observar… Todo empieza por escuchar. Tomar conciencia de que estás aquí y lo que eso significa.

Así que nada, a gozar!


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